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Burgalés de adopción y poeta por desamor
Diego Bergasa, madrileño de nacimiento pero veraneante en la Ribera del Duero, comenzó a escribir poesía tras una dolorosa ruptura. Ahora presenta '¿Volamos?', su segundo libro.
El dolor de una ruptura sentimental es muy similar al de la muerte de un ser querido; en ambos casos es necesario pasar un luto dura un tiempo indeterminado y que cada uno sobrelleva de la mejor manera posible. Hay quien decide recluirse en la soledad, acompañado de recuerdos y maldiciendo a cada instante lo injusta que es la vida, y hay quien opta por tomar el camino del medio y seguir hacia delante, mirando atrás solo con recuerdos bonitos.
Hay un tercer factor en esa ecuación de rupturas, pérdidas y ausencias: la poesía. Sin desamor no hay inspiración y, por tanto, no hay verso. Así lo piensan muchos autores, entre ellos Diego Bergasa, un joven madrileño de 21 años que se hace llamar burgalés porque desde pequeño está arraigado al municipio de Guzmán, en plena Ribera del Duero. Tras una ruptura sentimental, este estudiante de Ingeniería de Servicios Informáticos, habitual suspenso en Lengua Castellana, decidió coger un papel y un lápiz y rasgarse el alma a través de un verso libre directo y sincero.
"Yo siempre leía poesía y, raíz de ese desamor pasé también a escribirla porque de alguna manera le tienes que contar a alguien lo que sientes", comenta nuestro protagonista, que acaba de presentar su segundo libro de versos '¿Volamos?' (Editorial Mueve Tu Lengua). En un principio apostó por plasmar su escritura en redes sociales y, una vez constatado su éxito, decidió pasar a lo más clásico: el papel.
Sus poemas comenzaron manteniendo una línea estable en el desamor y, en este segundo libro, pasó a reflexionar sobre temas como la fugacidad de la vida y de cómo es la sociedad contemporánea. Todo ello contado de manera directa, sin grandes alardes y con un verso libre que recuerda a sus referentes: Marwan, Diego Ojeda, Carlos Allen o Luis García Montero.
"Creo que los lectores de mi generación nos sentimos más identificados por una poesía más moderna, que te cuenta las cosas de una manera más sencilla y que lo ven más suya", explica Diego al tiempo que, subraya, "también te ves mucho más libre a la hora de escribirla, porque plasmas lo que sientes en ese momento".
Bergasa es un enamorado del papel, no concibe la lectura fuera de un libro. No obstante, es fiel a la generación en la que ha nacido y no desaprovecha la oportunidad que dan las redes sociales para mostrar su poesía de una manera más visual a través de su cuenta de Instagram @tucuerpoenverso. "Es una manera más apetecible de introducir el verso", confiesa este joven autor quien advierte de la paradoja de que tanto él como otros poetas de su edad se han dado a conocer a través de internet y, sin embargo, "todos los libros son en papel".
En sus poemas también guarda rincón de honor a su pueblo, "el más bonito del mundo", y para gritar a los cuatro vientos que, a pesar de nacer y vivir en Madrid, se siente burgalés "hasta que me digan lo contrario". Su otra creencia es en que la inspiración llega cuando no estás enamorado: "Ahora mantengo una relación sentimental y escribo menos pero no es algo que me quite el sueño".
Y es que Diego Bergasa no se ha parado a pensar en cuándo llega o no la inspiración. Prefiere mantener los pies en el suelo, a sabiendas de que ser escritor es un oficio del que muy pocos pueden vivir, y no se plantea continuar con la poesía si un día le abandonan las musas. Veremos si el capricho de estos seres nos privan, o no, de seguir leyendo las aventuras en verso de este burgalés adoptado.
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