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El Curpillos espanta a las nubes y no falta a su cita en Las Huelgas
Miles de personas disfrutan del apartado más tradicional de la fiesta burgalesa, a la que solo faltaron los Gigantones ante la amenaza de lluvia.
Hay muy pocas probabilidades de que Burgos no celebre la que, probablemente, es su fiesta más personal y querida. Una celebración en la que se une lo eclesiástico, militar, político y social. El Curpillos es capaz de aunar lo meramente protocolario con el libre albedrío, la imagen más perfecta de la imperfección.
No es de extrañar, por tanto, que a pesar de la amenaza de lluvia miles de burgaleses han salido a la calle para celebrar un Curpillos desde el inicio hasta el final. Desde lo católico hasta lo laico. El entorno del Real Monasterio de las Huelgas, comenzaba a recibir a las autoridades políticas y militares antes de que comenzaran los actos oficiales.
Seguidamente, ha tenido lugar, a partir de las once de la mañana, la Misa Solemne oficiada por el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, y que ha podido seguirse desde el exterior a través de altavoces situados a la salida del Monasterio. Durante su homilía, Herráez ha querido centrarse en el "amor social", ya que, ha insistido "el Corpus trata de hacer que las estructuras sociales sean algo que ayude a las personas".
Al tiempo que se desarrollaba la ceremonia católica, el Grupo de Danzas de Mari Ángeles Sáiz ha ofrecido una serie de bailes tradicionales por las calles del barrio de Las Huelgas frente a decenas de burgaleses que iban tomando posiciones para disponer de la mejor visión posible para disfrutar de la procesión que iba a tener lugar seguidamente.
En esa comitiva que han encabezado los Gigantillos, han faltado los Gigantones, que se han quedado 'en casa' ante la posibilidad de lluvia. Sí han procesionado el resto de autoridades políticas, militares y eclesiásticas, amenizado todo por el Grupo de Danzantes de Burgos. Tras una breve parada en la Abadía para hacer la tradicional ofrenda a la Virgen, han continuado por las calles del barrio hasta regresar de nuevo al Monasterio, donde han sido recibidos por la Madre Abadesa.
Y tras la parte institucional, los políticos han visitado junto con las Peñas y Asociaciones de Fajas y Blusas el Parque de El Parral, donde el humo de las parrillas nublaba la vista a las decenas de miles de burgaleses que se han acercado al holor del 'chori', la 'morci' y la tortilla, entre otros muchos manjares que se van a disfrutar a lo largo del día.