Montecredit Burgos: el crédito social que convierte las joyas en financiación inmediata

Una entidad de crédito social sin ánimo de lucro que recupera el modelo histórico del Monte de Piedad para ofrecer financiación inmediata

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Montecredit Burgos: el crédito social que convierte las joyas en financiación inmediata
El autor esVerónica Fernández Ramos
Verónica Fernández Ramos
Lectura estimada: 3 min.

Montecredit representa hoy la continuidad de los históricos Montes de Piedad, instituciones con más de 200 años de trayectoria en Castilla y León y con antecedentes que se remontan a más de 450 años, cuando se concedió el primer crédito prendario documentado en la Comunidad. Estas entidades nacieron con una clara vocación social: ofrecer financiación justa y accesible, especialmente en momentos de dificultad económica.

La entidad forma parte de la Fundación Obra Social de Castilla y León (FUNDOS), heredera de las antiguas cajas de ahorros. Tras el proceso de fusiones bancarias y la entrada en vigor de la ley de 2019, que obligó a las cajas a transformarse en bancos, los Montes de Piedad quedaron fuera del sistema financiero tradicional y pasaron a integrarse en fundaciones de carácter social, separando definitivamente la actividad bancaria de la obra social.

En Burgos, Montecredit tomó el relevo del Monte de Piedad de la antigua Caja Círculo, que cerró tras la integración de Caja Burgos en Ibercaja. La reapertura de la oficina hace cuatro años permitió recuperar un servicio histórico que había desaparecido de la ciudad y que hoy vuelve a desempeñar un papel relevante en la financiación de familias y pequeños proyectos.

El crédito prendario, conocido tradicionalmente como el empeño de joyas, es el producto estrella de la entidad. Su funcionamiento es simple, rápido y transparente: el cliente acude a la oficina, un tasador cualificado valora las joyas y se ofrece un préstamo con una duración máxima de doce meses. Si acepta, las joyas quedan en depósito y el dinero se entrega de forma inmediata. En apenas diez minutos, la operación queda formalizada, sin notarios ni departamentos de riesgos.

Durante ese periodo, el cliente puede recuperar sus joyas en cualquier momento abonando unos intereses sociales, sensiblemente inferiores a los de un crédito personal convencional. En caso de no poder hacerlo al vencimiento, el préstamo puede renovarse. La recuperación de las piezas es la norma: el 98 por ciento de las joyas empeñadas vuelven a sus propietarios. Solo un reducido porcentaje termina en subasta pública, generalmente por fallecimiento del titular o desconocimiento de los herederos.

A diferencia de las empresas privadas, Montecredit no puede vender directamente las joyas. Las piezas no recuperadas se subastan de forma pública y transparente a través de la plataforma de la Asociación Española de Montes de Piedad (Presea), garantizando trazabilidad y control.

La entidad ofrece además servicios complementarios como custodia, compra-venta de oro, seguros de vida asociados al empeño y subastas a la carta. En los últimos años ha cobrado especial relevancia la venta de oro de inversión, que ha experimentado un crecimiento del 200 por ciento, impulsado por la constante revalorización del metal precioso.

El perfil del cliente ha evolucionado de forma notable. Si durante décadas el crédito prendario se asociaba a un último recurso, hoy se ha integrado en el circuito habitual de financiación. El reparto entre hombres y mujeres se ha equilibrado y se observa un repunte significativo de clientes jóvenes, que han descubierto en las joyas un activo seguro y reutilizable.

La subida del precio del oro ha sido determinante. Muchas personas han tomado conciencia del valor real de joyas heredadas o en desuso, utilizándolas como aval para proyectos personales, inversiones o decisiones vitales. En Burgos se han registrado operaciones destinadas a la entrada de una vivienda, el inicio de un negocio o la obtención de liquidez sin desprenderse definitivamente del patrimonio.

La oficina de Burgos atiende a más de 500 familias al año y concede alrededor de medio millón de euros en préstamos, con una media de 1.000 euros por operación. La ciudad presenta además una singularidad: un importante porcentaje de clientes procede del País Vasco, donde los Montes de Piedad desaparecieron tras el cierre de las antiguas cajas, convirtiendo a Burgos en un punto de referencia cercano para este tipo de financiación.

Montecredit subraya su carácter social como principal elemento diferenciador. Como fundación sin ánimo de lucro, los beneficios se revierten íntegramente en proyectos sociales y culturales en Castilla y León. Las balanzas están certificadas por la Junta, las tasaciones se realizan a la vista del cliente y el personal cuenta con formación especializada continua, garantizando un proceso justo y transparente.

En un contexto marcado por la proliferación de créditos de alto coste, tarjetas revolving y fórmulas de financiación que rozan la usura, el modelo del Monte de Piedad recupera protagonismo. No como un recurso desesperado, sino como una alternativa ética, estable y accesible, capaz de conectar una tradición centenaria con las necesidades financieras del presente.

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