La nueva Corte de Honor que representará a la ciudad ha sido elegida entre 72 candidatas en una Gala que se ha celebrado en el Teatro Principal.
El Desenclavo del Santísimo Cristo de Burgos se celebra en el interior de la Catedral
El Arzobispo Mario Iceta impartió la bendición final, dedicando unas palabras de consuelo y esperanza dirigidas a los enfermo
Uno de los actos más sobrecogedores y simbólicos de la Semana Santa burgalesa, el Desenclavo del Santísimo Cristo de Burgos, volvió a conmover a los fieles este Viernes Santo. Por segundo año consecutivo, el rito se celebró en el interior de la Catedral, concretamente bajo el majestuoso cimborrio de Juan de Vallejo y sobre la tumba del Cid Campeador y doña Jimena, tras decidirse el cambio de ubicación por las inciertas previsiones meteorológicas, que finalmente no llegaron a materializarse en lluvia.
El templo mayor de Burgos, completamente abarrotado de fieles y visitantes, acogió con profundo respeto este acto litúrgico que rememora los últimos momentos de Jesús en la cruz. El madero fue alzado en el centro de la nave, y en torno a él se desarrolló la meditación de las Siete Palabras.
El momento más impactante llegó con la Expiración, cuando el estruendo de una carraca rompió el silencio del templo, y todos los presente se arrodillaron. A continuación, los cofrades, cubiertos con sus hábitos y capuchas, descendieron con gran delicadeza al Cristo del madero, retirando uno a uno los clavos y la Corona de Espinas.
Ya yacente, la imagen del Santísimo Cristo fue depositada en los brazos de Nuestra Señora, permitiendo a los fieles un momento de recogimiento y veneración profunda. Desde el coro, la Agrupación Musical San Fernando Rey acompañó el desenlace del acto con el toque de oración y la interpretación de La muerte no es el final, aportando aún mayor emotividad al ambiente.
Como cierre, el arzobispo de Burgos, monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa, impartió la bendición final, dedicando unas palabras de consuelo y esperanza especialmente dirigidas a los enfermos, a quienes sufren, y a todos aquellos que atraviesan momentos difíciles.
Tras varios días de lluvia, Burgos celebra el domingo de resurrección
La Cofradía decide no salir por el mal tiempo y convierte el templo de Santa Águeda en un espacio de fe y emoción compartida.
La lluvia impide la salida de la procesión, pero no apaga la fuerza simbólica del fuego y la luz como signo de esperanza en el Sábado Santo.