Castilla y León ocupa el sexto lugar en la lista de las diez regiones europeas con mayor exceso de mortalidad en 2020.
Castilla y León registra hasta abril 8.276 defunciones, un 1,56% menos que el pasado año
Descienden en cuatro provincias, aumentan en otras cuatro y se mantienen en una
Castilla y León ha registrado hasta principios de abril, en las primeras trece semanas del año, un total de 8.276 defunciones, lo que supone un descenso del 1,56 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se produjeron 8.407 fallecimientos, según los datos del INE publicados este miércoles.
Las muertes descendieron en cuatro provincias de la Comunidad mientras que han crecido en otras cuatro y se mantiene con los mismas cifras que hace un año en otra, en concreto, en León.
Así, han descendido respecto al mismo periodo de 2021 en Palencia, al pasar de 684 a 554 defunciones; en Segovia, de 476 a 456; en Soria, de 388 muertes a 328 y en Valladolid, de 1.635 a 1.496, mientras que han subido los fallecimientos en Avila, de 501 a 513; en Burgos, de 1.039 a 1.125; en Salamanca, de 1.180 a 1.275 y en Zamora, de 665 a 690, mientras que en León, con 1.839 muertes, se mantiene igual.
De los 8.276 fallecidos en la Comunidad hasta principios de abril, 4.350 eran hombre, 181 menos que en el mismo periodo de 2021, y 3.926 mujeres, 50 más que en 2021, y la mayor mortandad se ha dado entre personas que superan los 90 años, con 2.675 defunciones (96 más que el pasado año); seguida de los de 85 a 89 años, con 1.859 fallecimientos (96 más) y de 80 a 84, con 996 muertes (169 menos).
La Junta calcula miles de consultas e intervenciones canceladas y anuncia medidas para recuperar la actividad sanitaria perdida tras cuatro días de paro
La feria de repostería conventual regresa al Parlamento autonómico para acercar a los visitantes los dulces artesanales y apoyar el mantenimiento de monasterios
El presidente de la Junta reitera en que agotará la legislatura y no adelantará la fecha para coincidir con las de Aragón
El líder socialista en Castilla y León reconoce una situación “muy complicada” y reclama aprender de una “catarsis dolorosa” con la mirada puesta en las víctimas








