Hoy 13 de julio se cumplen 20 años desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA. Un capítulo triste de la historia reciente de nuestro país que tuvo en vilo a todos los españoles durante dos interminables días y que terminó con el peor desenlace posible. Sin embargo, aquel acto acarreó un clamor popular que despertó a la sociedad vasca y que supuso el principio del fin de este grupo armado.

Burgos ha querido mostrar su homenaje a Miguel Ángel y a todas las víctimas que ha dejado por el camino ETA, en especial a dos de ellas como Jaime Mateu, cuyo padre y hermano fueron asesinados en dos atentados, y a los padres de una de las últimos asesinatos, el Guardia Civil Carlos Sáenz de Tejada. 

El acto, que ha tenido lugar en el Parque de San Agustín, junto a la fuente que recuerda a las víctimas del 11-M, ha comenzado con un solemne minuto de silencio. A continuación, el alcalde junto con Mari Mar Blanco, Jaime Mateu y los padres de Sáenz de Tejada, han descubierto la placa conmemorativa en la propia rotonda. 

A continuación, representantes municipales de Ciudadanos, PSOE y PP han dado lectura de un manifiesto en el que se ha recordado aquel fatídico 13 de julio de 1997 y sus días previos, así como el clamor popular de los millones de españoles que salieron a la calle para pedir clemencia a los terroristas. Además, han animado a todos a permanecer "alerta y unidos" para "enfrentarnos a aquellos que quieren aniquilar nuestra forma de convivencia y nuestros derechos fundamentales". 

Por su parte, Mari Mar Blanco el acto agradeciendo el gesto de la ciudad de Burgos y ha lamentado que no se tome ejemplo en "otras ciudadaes", en clara referencia a Manuela Carmena en Madrid. Asimismo, ha recordado la figura de su hermano como un hombre "valiente" que luchó por los derechos de los vascos que no querían vivir sometidos al miedo de ETA y ha animado a recordar su memoria para que no se vuelva a utilizar la violencia en el futuro.