Tristeza, enfado e indignación contenida. Ese era el ambiente que se respiraba en la capilla de la Funeraria San José durante el funeral de Silvia Plaza, la mujer de 34 años que fue asesinada, presuntamente, por su ex pareja el pasado domingo de madrugada. Alrededor de un centenar de personas han querido acompañar a la familia en estos duros momentos y rendir homenaje a la que ha sido la última víctima de violencia machista. 

Por mucho que la rabia fuera por dentro y nadie quisiera alzar la voz ante lo que ha sido, a todas luces, una brutalidad, el padre de Silvia, una vez acabada la misa, ha querido trasladar a los asistentes el sentir de la familia y, es posible, que de los ciudadanos burgaleses y españoles. "Mi hija no ha muerto, la han matado", ha señalado de manera rotunda. 

Al respecto, ha pedido a los políticos que "se dejen de juegos y cambien las leyes" porque, ha recordado, "mi hija puso 3 denuncias contra este mounstruo". Asimismo, ha indicado que "los jueces deben tener más sentido común, porque hay gente que debe estar encerradas, y si no aplican la justicia lo tendremos que hacer nosotros". 

Por otro lado, el presunto asesino de Silvia Plaza, un hombre de 36 años de origen colombiano, ha pasado a disposición judicial y en las próximas horas podría ingresar en prisión si así lo estima el magistrado.