La tenue bombilla de la puerta del Bar Patillas, sus parroquianos y la música espontánea volverán a ser una realidad. El Pleno Municipal ha acordado por unanimidad la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para otorgar una protección especial a este mítico local de la ciudad para que pueda abrir con las mismas condiciones actuales. 

Hay que recordar que el Bar Patillas carece de licencia desde su apertura y tampoco podría obtenerla sin acometer una reforma integral para mejorar su accesibilidad y sus condiciones sanitarias, ya que apenas posee un retrete. Además, una de las puertas tiene acceso directo con el portal anexo de la calle Calera. 

Esta propuesta es consecuencia de una petición a cargo del nuevo propietario del local Valentín Fernández Asenjo, quien elaboró un documento para solicitar esta denominación mientras se configura un catálogo de edificios y comercios protegidos de la ciudad. 

Sobre este asunto, el concejal no adscrito Raúl Salinero ha señalado que todos los grupos ya están trabajando en dicha relación de locales emblemáticos para poder dotarles de protección. En este sentido, ha recordado que de esta forma se evitaran las polémicas que están sucediendo con otros comercios, por ejemplo con la librería Hijos de Santiago Rodríguez con la colocación de su escudo en la fachada de su nuevo local de la calle Avellanos.