El silencio ha sido la tónica dominante de los vecinos y viandantes que esta mañana recorrían la Calle de San Antón tras conocer el terrible suceso de la muerte de Silvia Plaza, presuntamente, a manos de su ex pareja, un hombre de 36 años cuyos datos de filiación por el momento se desconocen. Lo cierto es que, si bien la gran mayoría aseguran no haber visto nada, muchos señalan a un bar que, sin embargo, su dueña asegura que estaba cerrado a esas horas. 

Según ha explicado la responsable de la cafetería Las Candelas, que se encuentra justo en frente de donde ocurrieron los hechos, "a esas horas el bar estaba cerrado y no pude ver nada porque ya estaba en mi casa". No en vano, la Policía ya ha acudido a este local para tratar de arrojar algo de luz al caso, si bien la persona que está detrás de la barra ha insistido en que "les he dicho lo mismo, que estaba cerrado y que a mí me dijo mi madre lo que había ocurrido". 

Muchos vecinos, por su parte, aseguran que ese bar estaba abierto y que, más aún un sábado de madrugada, está abierto hasta altas horas de la madrugada. Un hombre que vive cerca de dicho local llega a indicar que "siempre hay mucho jaleo" al tiempo que ha insistido en que "ahí pasa de todo", si bien ha matizado que "nadie te lo va a asegurar por miedo a represalias". 

Por otro lado, una vecina que vive en la acera opuesta, ha asegurado que "el bar no tiene nada que ver en todo esto", al tiempo que ha relatado que la noche del sábado ella se encontraba durmiendo cuando comenzó a escuchar ruidos, un grito y golpes. Justo después, salió y vio a la mujer tendida en el suelo. "La ambulancia debería haber llegado mucho antes, creo yo", repite una y otra vez. 

Lo demás, indignación, tristeza, pero silencio, mucho silencio. La joven vivía en la calle Calleja y Zurita, en el barrio sur de la ciudad, muy lejos de donde ocurrieron los hechos, donde vecinos y conocidos de Silvia Plaza aún no pueden creer lo ocurrido.