La Archidiócesis de Burgos comunicó este jueves el fallecimiento de su arzobispo emérito, Francisco Gil Hellín, quien murió en Murcia, ciudad en la que residía desde hace algunos años. Tenía 85 años. La capilla ardiente será instalada este sábado en la Casa de la Iglesia de Burgos, donde los fieles podrán despedirlo desde las 9:00 hasta las 16:00 horas.

Nacido en La Ñora (Murcia) en 1940, Gil Hellín desarrolló una amplia trayectoria académica y pastoral. Estudió Filosofía y Teología en Murcia antes de viajar a Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática y cursó estudios de Teología Moral. Se doctoró por la Universidad de Navarra en 1975 y combinó durante años la docencia teológica con responsabilidades pastorales en diversas diócesis españolas.

Su labor en la Santa Sede marcó una etapa importante de su vida. Entre 1985 y 1996 fue subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia, cargo que después asumió como secretario. En 1996 fue consagrado obispo en la basílica de San Pedro del Vaticano. Posteriormente, en 2002, san Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Burgos, misión que desempeñó hasta 2015, cuando el papa Francisco aceptó su renuncia. Más tarde ejerció también como administrador apostólico de Ciudad Rodrigo.

Durante sus 13 años al frente de la archidiócesis burgalesa destacó su atención a las familias, las vocaciones y la formación del clero. Ordenó a 22 sacerdotes, reintrodujo el diaconado permanente y apoyó la creación del Instituto Iesu Communio y del Seminario Misionero Redemptoris Mater. Asimismo, impulsó la acción social de la Iglesia con la apertura de nuevas instalaciones de Cáritas y programas dirigidos a personas vulnerables.

Gil Hellín también dedicó esfuerzos a la conservación del patrimonio religioso y a la formación académica, especialmente como Gran Canciller de la Facultad de Teología del Norte de España. Sus estudios sobre el Concilio Vaticano II se consideran una referencia en ese ámbito.

La Archidiócesis ha invitado a los fieles a unirse en oración por su eterno descanso y a agradecer la entrega pastoral que mantuvo durante décadas.

Tras ser velado en Murcia hasta este viernes, el féretro será trasladado a Burgos. El sábado se instalará la capilla ardiente en la Casa de la Iglesia y, por la tarde, el cuerpo será llevado a la Catedral, donde se celebrará la misa de Adviento y el posterior rito de sepultura en la capilla de Santa Ana.