El año pasado, durante los preparativos para la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, el recorrido del Viacrucis del Lunes Santo adquirió un enfoque más juvenil. El éxito de esa experiencia ha inspirado a la Junta de la Semana Santa de Burgos a repetir la iniciativa. Esta noche, jóvenes de diversas parroquias de la ciudad han acompañado nuevamente a Jesús en su Vía Crucis por las colinas del castillo.

Portando una réplica de la cruz, guardada en la parroquia de San Juan Pablo II, los jóvenes han reflexionado sobre varios problemas que les afectan. La delegación diocesana de Infancia, Adolescencia y Juventud se ha encargado de redactar los textos y convocar a los jóvenes, quienes provienen de diversas realidades eclesiales y parroquias de la archidiócesis.

A lo largo de las estaciones, se ha rezado por los jóvenes que son vulnerables en medio de las crisis y por aquellos a quienes nadie presta atención; por aquellos que lidian con la depresión y la ansiedad; por aquellos que se sienten solos y carecen de apoyo. En definitiva, problemas que asustan a la sociedad joven de hoy en día.

También se ha abordado la manipulación a través de la publicidad, que los convierte en blancos fáciles del consumismo, así como los falsos consuelos que van en contra de la verdad. Se ha orado también por las personas sin hogar y los migrantes, quienes participaron directamente, así como por quienes mueren víctimas del odio, la guerra, el terrorismo y las drogas. En resumen, se ha pedido a Dios "un corazón libre para no caer en las trampas del mundo", tal como se expresó en varias estaciones de este singular Viacrucis.

Además de los jóvenes de distintos grupos y parroquias de la archidiócesis, en este Viacrucis también participaron miembros de la parroquia de San Josemaría Escrivá, representantes de las cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad, así como cientos de habitantes de Burgos.