La inhibición de la proteína SLU7 logra que tumores hepáticos 'invisibles' para el sistema inmune respondan mejor a los tratamientos actuales
Mario Vargas Llosa tiene clara la respuesta ante una posible reconciliación con Isabel Preysler
También ha asegurado que "no" detallará nunca públicamente los motivos de su ruptura.
Tras conocerse la ruptura sentimental entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa muchos han sido los detalles que han trascendido sobre el porqué han tomado esta decisión.
Por un lado, el entorno de la 'Reina de corazones' sigue defendiendo la versión que ésta dio a la revista ¡HOLA! - discusiones continuas y celos sin fundamento - y, por otro, el círculo más cercano del escritor desmiente esos motivos.
Este 8 de enero, Europa Press ha podido hablar con Mario y lo cierto es que se mantiene en la misma postura que el primer día: no quiere hablar nada sobre su ruptura con Isabel, pero con algunas preguntas sí que ha contestado un leve 'sí' o 'no'.
"No voy a declarar nada", responde el Premio Nóbel en repetidas ocasiones, pero sí que deja claro que "me encuentro bien, me encuentro muy bien". Mario se muestra de lo más simpático y educado con la prensa, deseándoles un "feliz año" y ¡atención! porque ha contestado con un "no" rotundo cuando se le pregunta por la posibilidad de que retome su relación sentimental con la 'Reina de corazones'.
También ha asegurado que "no" detallará nunca públicamente los motivos de su ruptura. De esta manera, el escritor sigue manteniéndose en la postura de no hablar ni detallar nada sobre su ruptura con Isabel, pero sí que ha vuelto a dejar claro que "no" va a retomar nada con ella y tampoco desvelará públicamente los motivos que le han llevado a romper su relación.
De Rosalía a Aitana Bonmatí, del poder político a los tribunales: los protagonistas que marcaron la cultura, el deporte y la vida pública
Aplazamiento temporal por un problema operativo aunque si será obligatorio para los VMP de más de 25 kilos
La norma publicada en el BOE obliga a identificar las llamadas comerciales, limita el uso de contestadores y fija plazos máximos para atender reclamaciones.








