El torero burgalés Roberto Martín ‘Jarocho’ dejó una gran impresión en su primera corrida de la temporada, mostrándose con personalidad, clasicismo y una elegancia torera que no pasó desapercibida ante el público local. A pesar de que el uso de la espada le privó de un triunfo mayor, logró cortar una oreja de peso en el último toro de la tarde y dejó claro que tiene argumentos para volver a estar presente en los carteles de las grandes ferias.

En su primero, tercero del festejo, Jarocho ofreció una faena cargada de sabor, con pasajes de enorme profundidad y temple, especialmente al natural. Lamentablemente, tras atascarse con la espada, perdió las dos orejas que tenía casi aseguradas. Fue ovacionado tras un aviso.

Con el sexto, volvió a firmar una actuación de gran nivel, toreando despacio, con cadencia y belleza sobre ambas manos. La faena, de notable corte clásico, culminó con una buena estocada, aunque el toro tardó en caer. El público reconoció su esfuerzo y su clase, premiándole con una oreja de mucho valor.

El encierro de El Parralejo resultó de buena presentación y juego interesante, con toros nobles, con recorrido y fondo, destacando especialmente el segundo, al que Roca Rey cuajó una faena intensa que terminó con una fuerte ovación y una oreja tras un emotivo cierre con bernadinas.

El quinto, sin embargo, no ofreció las mismas posibilidades, y aunque el torero peruano puso empeño, la faena no terminó de calar. Silencio tras la estocada.

Por su parte, Joselito Adame demostró su experiencia y entrega en dos actuaciones de carácter. En el cuarto, un sobrero noble pero sin entrega, el mexicano fue construyendo con inteligencia una faena sólida que remató con una gran estocada, lo que le valió una oreja. En el primero, pese a una labor firme y ligada, el palco no atendió la petición de trofeo tras otra buena estocada. Fue ovacionado.

Con la plaza rozando el lleno, el ambiente fue inmejorable en una tarde en la que ‘Jarocho’ se reivindicó como torero a tener en cuenta, y donde el buen juego de la ganadería ayudó a mantener el interés de principio a fin.