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Sergio Boixo, una eminencia científica y directivo de Google que seguirá llevando León por el mundo
El director de Computación Cuántica de la tecnológica californiana recibe el premio al Leonés del año "por talento, excelencia y orgullo de su tierra"
Nació y creció en una tierra que lleva marcada en el corazón de por vida. El director científico de Computación Cuántica de Google, Sergio Boixo Castrillo (León, 1973), recibió este lunes muy emocionado el reconocimiento de 'Leonés del Año', una distinción que entrega Radio León desde hace 55 años.
El jurado, que premió al científico leonés "entre diecisiete candidaturas", quiso seleccionarlo "por talento, excelencia y orgullo leonés". Razones no les faltaban para premiar un hombre que acaba de cumplir los 52 años pero cuenta ya con una trayectoria profesional apabullante: el leonés Boixo fue el número 1 de la primera promoción de Ingeniería Informática de la Complutense de Madrid allá por los 90. También completó -via Uned- los estudios de Filosofía y Matemáticas y recibió varias becas para seguir ampliando su impresionante formación internacional.
De niño estudió "en los Agustinos de Trobajo", pero se fue de León a los 9 años y ahora trabaja en Los Ángeles y vive en Palos Verdes (California). Antes de ser una de las cabezas más destacadas de Google, Boixo pasó por Berlín e hizo parada en Massachusetts para hacer un postdoctorado en Harvard, o en la Universidad del Sur de California, donde ejerció de profesor investigador. Se dice pronto...
De las autoridades leonesas que este lunes quisieron exaltar la figura de este científico de talento excelso, quizá el más atinado fuera el consejero Suárez-Quiñones. "Se siente uno muy pequeño viendo tu curriculum", reconoció el exjuez leonés, "y tengo que decir que yo no he entendido nada de lo que ha dicho", bromeó. Y así los demás, supongo, aunque nadie lo reconociera.
En la rueda de prensa previa al tradicional cocido anual para entregar el premio al 'Leonés del año', Boixo compareció en la Colegiata de San Isidoro sonriente y tímido junto a un óleo de un paisaje leonés de Seve Trapiello.
Eran de foto las caras de los periodistas cuando Boixo trataba de explicar su labor en el gigante tecnológico Google, donde el científico y su equipo llevan a cabo tareas de computación cuántica.
Por algo será que cuando Boixo era investigador en la USC, Google se fijó en él para liderar y sacar adelante un proyecto mundial exclusivo que ya ha dado sus primeros frutos, aunque no es sencillo de explicar. "Construir un ordenador cuántico es un proyecto a largo plazo, en el día a día nos encargamos de desarrollar una estrategia de investigación", contó a los periodistas.
En octubre del pasado año Google alcanzó la supremacía cuántica gracias al chip cuántico 'Willow', "que demuestra corrección de errores y rendimiento, lo que allana el camino hacia un ordenador cuántico útil", dijo. "Para hacer un ordenador cuántico se necesita solucionar la corrección de errores, será como un 'Gato de Schrödinger' y, para comportarse como la naturaleza, tendrá que seguir las reglas de superposición que nunca vemos en la naturaleza a nivel macroscópico".
"En uno o dos años verá la luz el primer q-bit lógico, como el transistor de un ordenador cuántico, lo que permitirá su construcción", señaló el científico leonés, que relató que "ya hubo una primera revolución cuántica en la tecnología moderna del siglo pasado gracias a los semiconductores en los que se basan los teléfonos móviles, los chips o los láser" y que ahora se pretende hacer una segunda revolución cuántica "que una la mecánica cuántica con la tecnología de la comunicación usando las reglas de la cuántica para hacer computación".
Según comentó Boixo, "el mundo natural se comporta según las reglas de la mecánica cuántica, por lo que para poder solucionar problemas de cómo funciona la naturaleza necesitamos un ordenador que funcione con esas mismas reglas. Poder simular la naturaleza con las mismas reglas dará lugar a una segunda revolución cuántica".
Recuerdos de infancia y familia
Cuando se le preguntó cómo de grande es el equipo que dirige en Google, Boixo sólo respondió que "cientos de personas". Cuando se apagaron las grabadoras, el científico contó que, como cabeza de Google, "por estrategia", no puede ni debe dar ese tipo de datos.
Tampoco quiso pronunciarse sobre cómo influye a la investigación la llegada de Trump a la Casa Blanca. "Esto no afecta a nuestro grupo, que es bastante neutro políticamente", dijo.
Tras la rueda de prensa, muy emocionado se mostró el Leonés del Año durante su intervención tras recibir el reconocimiento de amnos de Olga Beberide. "Este título es como cerrar el círculo, y es un honor indescriptible recibirlo".
"La identidad leonesa marca de por vida, todo mi camino tiene su origen en esta tierra extraordinaria", dijo emocionado, ante la atenta mirada de sus padres -Nacho y Sira- y sus tíos, que quisieron acompañarlo. A todos ellos quiso dedicarles el galardón, y también a su mujer y a sus hijos, "que no han podido venir, están en California".
También tuvo unas palabras para sus recuerdos felices de infancia: "La Iglesia de San Pedro, de la que mi abuelo tenía las llaves, las Hoces de Vegacervera, Las Médulas, Valporquero...", contó Boixo, "mi abuelo era veterinario y me llevaba por los pueblos leoneses".
"Seguiré llevando el nombre de León por el mundo", dijo el Leonés del Año, que por la mañana había estado dando una charla. "Desde hace unos 25 años, León se ha posicionado como polo tecnológico gracias a la Universidad, al Instituto Nacional de Ciberseguridad o al Centro de Supercomputación, lo que le ha dado a León una nueva dimensión", dijo, "se van viendo los frutos y va a seguir creciendo".
"Hacemos esta oferta de Castilla y León como buen lugar para invertir en todos los sectores industriales y también en seguridad y defensa", apuntó Carriedo
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