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Clásico

Los tesoros del Archivo de la Catedral de Burgos: de los 10.000 pergaminos al Libro de Niños Expósitos

En la exposición que conmemora los 30 años del archivo catedralicio también hay documentos singulares, como la bula de Honorio III o las recetas contra la peste

Los tesoros del Archivo de la Catedral de Burgos: de los 10.000 pergaminos al Libro de Niños Expósitos
Isabel  Rodríguez
Isabel Rodríguez
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El Archivo de la catedral de Burgos, con décadas de trabajo a las espaldas y más de 250.000 documentos catalogados, suma una nueva cifra en su historia gracias a la visita de cerca de 10.000 personas a la exposición '30 años en el Archivo de la Catedral de Burgos'. Esta muestra, que abrió sus puerta el pasado 17 de abril, conmemora no solo el trigésimo aniversario del convenio de catalogación e informatización del Archivo Histórico y Musical de la Catedral de Burgos, firmado entre el Cabildo y la extinta Cajacírculo (posteriormente suscrito con la Fundación Círculo), sino que además permite a los burgaleses conocer algunos de los tesoros que custodia este archivo catedralicio, publica Ical. 

La muestra, que cierra este domingo, 23 de junio, tras más de dos meses de exposición al público, ha sido todo un éxito de asistencia. Así lo subraya el presidente de Fundación Círculo Burgos y comisario de la muestra, Emilio de Domingo, que destaca la importancia que ha tenido esta exposición en la ciudad, ya no solo por el interés que han mostrado los burgaleses en conocerla, sino también por los grandes tesoros que ha expuesto a la ciudadanía.

"Ha sido todo un éxito gracias al esfuerzo y profesionalidad de un gran equipo de la Fundación Círculo. Estamos en el buen camino llegando al gran público burgalés con un importante programación cultural y atendiendo al tejido social", afirma a Ical Emilio de Domingo, que celebra la gran acogida que ha tenido entre la ciudadanía burgalesa, con visitas de numerosos colegios, alumnos de la universidad y multitud de grupos en las visitas guiadas.

El proyecto de catalogación e informatización del Archivo de la Catedral nació a consecuencia de la rehabilitación integral de la seo burgalesa con motivo del desprendimiento de la estatua de San Lorenzo en 1994. Un suceso que alertó sobre el deterioro que sufría en aquel momento el templo, y la necesidad de acometer un plan de rehabilitación integral del templo. Fue en aquel entonces cuando el canónigo archivero Matías Vicario señaló que esa intervención solo se podría hacer bien si se conocían los planos, artistas y maestros que diseñaron y formaron parte de la construcción de la Catedral. Para ello, era necesario recurrir a la documentación que guardaba el Archivo. 

Para llevar a cabo el proyecto de catalogación del Archivo se creó un equipo de trabajo formado por varios especialistas en la materia, con Vicario al frente. En 2022, tras su jubilación, fue sustituido por Fernando Arce, y hoy este equipo está integrado por Esther Pardiñas, María Jesús González y Tamara Pérez. Para su organización se divide en cinco secciones: Sección Volúmenes, Sección Libros, Sección Actas Capitulares, Sección Capillas y Fondos musicales.

14 episodios y documentos de gran valor

Esta exposición, que se ubica en la sala Beato Valentín Palencia, en el claustro bajo de la Catedral, se concibió de una forma "didáctica", tal y como señala su comisario, con el fin de hacer más accesible su recorrido para todas las edades, apoyándose en paneles explicativos y documentos del propio archivo, algunos de los cuales no se habían expuesto nunca. "Quisimos que los propios documentos nos hablasen", apunta De Domingo. 

El recorrido comienza en el archivo de la catedral románica, donde se nos explica los planes que tenía Sancho II en 1068 de restauración de la diócesis de Oca en la ciudad de Burgos. Sin embargo, debido a su muerte, es su hermano Alfonso VI el que llevó a cabo esta práctica. De Domingo explica que, con motivo del traslado de la sede de Oca a Burgos, el entonces rey Alfonso VI dona al obispo Simeón el palacio de su padre Fernando I, con el objetivo de que se establezca allí la sede episcopal de Burgos y la construcción de la primera catedral románica. Esto queda recogido en un documento que se puede en esta primera parte de la exposición y que da cuenta de los inicios de la catedral románica y de la documentación que años después podemos conocer gracias al trabajo en el Archivo. 

Esta exposición no existiría sin la Catedral de Burgos, y precisamente a ella también se hace referencia en la muestra, destacando especialmente la contribución del pueblo burgalés a su construcción. Así lo acredita la bula de Honorio III, expuesta en la muestra, donde se puede ver que concede 40 días de indulgencia a todos aquellos que contribuyesen con sus limosnas a la construcción de la Catedral de Burgos. El apoyo de la ciudadanía a la Catedral se vuelve a ver reflejada en 1539, cuando se cae el cimborrio del templo, y los burgaleses no solo prestan ayuda a la retirada de escombros sino que también donan el dinero que pueden para la construcción de uno nuevo. Un libro que contiene la relación de las donaciones otorgadas para esta reconstrucción y guardado en el Archivo acredita la ingente labor de esos años. 

Son muchos los documentos en pergamino que atesora el Archivo de la Catedral, de hecho, tal y como señala una de sus técnicas, cuentan con casi 10.000 pergaminos, siendo este "uno de los fondos más importantes, no solo de España sino de Europa en cuento a este tipo de documentación"

La impronta de algunas mujeres como Mencía de Mendoza o Ana de Espinosa a la construcción de la Catedral también tiene su espacio en la muestra, al igual que las enfermedades que asolaron la ciudad de Burgos, como es el caso de la peste. De hecho, el Archivo conserva un documento que incluía recetas contra la peste y formas de proceder que debían seguir los médicos en aquel momento cuando entraban en un hospital, para evitar el contagio. Asimismo, a través de sus documentos también se puede conocer cómo celebraba la sociedad las visitas de los reyes, con grandes fiestas que duraban días y que incluían una gran cantidad de eventos que llenaban de alegría las calles de la ciudad

Resulta llamativo también un apartado de la muestra dedicada a la caridad de los burgaleses, y que queda reflejado en el Libro de Niños Expósitos, aquellos recién nacidos que eran abandonados al nacer. "Todas aquellas madres que en esa época no podían sostener a sus múltiples hijos los llevaban a las puertas de la iglesia y de la Catedral, y les ponían un cartel", donde se explicaban las obligación que debía cumplir el ama de los niños expósitos cuando se los recogía en la Catedral. El Archivo atesora varios ejemplos de estos carteles que llevaban los infantes, donde se pedía que les bautizasen o incluso el nombre que deberían tener.

Otro episodio tratado en el recorrido de la muestra fue el impacto que tuvieron los conflictos bélicos en al sociedad burgalesa, y como ejemplo se expone un documento sobre la Guerra de Sucesión al trono entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja y posterior ocupación francesa en la Guerra de la Independencia. Es curiosa también la aparición, entre tantos documentos, de una receta para hacer tinta china, o diferentes cartas autógrafas, como una firmada por Felipe de Vigarny donde pide que se le pague el retablo de la Capilla de la Presentación; o una de las tantas cartas del arquitecto Vicente Lampérez. 

"La Catedral de Burgos es Patrimonio de la Humanidad y su contenido también. La documentación que alberga es tan sumamente importante para conocer la historia de la ciudad, de España y de las relaciones con Europa, que además de nuestro patrimonio, que tenemos que cuidar y proteger, lo tenemos que difundir. Lo que no se conoce no existe", afirma De Domingo, que explica que con esta muestra han querido acerca a la ciudadanía la importancia de los documentos que guarda el Archivo catedralicio.