Félix Martín Santos
@FMSFelizconpoco
Rigurosos estudios epidemiológicos están revelando que el consumo regular de aceite de oliva virgen extra, un ingrediente clave de la Dieta Mediterránea (DM), se asocia a una reducción significativa del riesgo de fracturas osteoporóticas.
Las investigaciones científicas más recientes están revelando que el consumo regular de brécol puede incrementar la esperanza de vida en buena salud, dado que parece reducir la tasa de muerte global así como la específica por las principales causas de morbilidad y mortalidad.
El brécol es uno de los alimentos más saludables que existen porque su consumo regular se asocia a una reducción del riesgo de enfermar y morir por las patologías más prevalentes en los países desarrollados, como los procesos cardiovasculares y los tumores malignos, como el cáncer de pulmón, entre otras enfermedades.
En la Sierra de las Quilamas salmantina existe una insólita ruta entre San Miguel de Valero y San Esteban de la Sierra, que surca excepcionales miradores y atraviesa quebradas montañas, apartados valles, inexplorados regatos, donde prosperan almeces u hojaranzos, cornicabras y lentiscos, que dan fe de la pureza del lugar.
Los estudios científicos más recientes están revelando que las mujeres que practican regularmente ejercicio físico aeróbico es muy probable que se beneficien de una reducción significativa del riesgo de desarrollar el cáncer ginecológico más frecuente, el que afecta a la mucosa del cuerpo del útero (endometrio).
El consumo prolongado y regular de café parece ser capaz de reducir el riesgo del cáncer ginecológico más prevalente: el de la mucosa del cuerpo del útero, esto es, el de endometrio.
El consumo regular de nueces, almendras, avellanas y otros frutos secos se asocia a una relevante reducción de la tasa global de muerte así como de la específica por las principales causas de enfermar y morir en el mundo desarrollado: enfermedades cardiovasculares, tumores malignos, enfermedades respiratorias, diabetes y enfermedades neurodegenerativas.
El ancestral Camino de San Olav noruego tiene un joven hermano castellano, que recorre el legendario Alfoz de Lara para, en su tramo final, atravesar la dehesa de Mambrillas de Lara en pos de la ermita de San Olav, construida recientemente en un paraje de Covarrubias, el Valle de los Lobos, con el propósito de que la promesa dada por un infante castellano, don Felipe, a su esposa, la princesa Cristina de Noruega, pueda, por fin, cumplirse.
En un área de la ladera septentrional de la burgalesa Sierra de las Mamblas se halla la dehesa de Mambrillas de Lara, que alberga uno de los quejigares más extensos y mejor conservados del planeta, en el que el dominante quejigo convive con otras especies arbóreas caducifolias como avellanos, arces, mostajos, algunas hayas, fresnos y melojos.
En el actual Código Europeo contra el Cáncer (octubre de 2014), la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja emplear estrategias de detección precoz del cáncer de mama, a fin de incrementar los porcentajes de curación y, por tanto, de supervivencia de este tumor maligno, el más frecuente en mujeres. (1)