Francisco, sencillamente cristiano y provocador
Cuando todo el mundo quiere aprovecharse del tirón que supone la figura mediática de un Papa tan cercano a la gente y tan preocupado por los pobres, los emigrantes y refugiados, conviene recordar que Francisco no ha hecho otra cosa que seguir al pie de la letra lo que hizo Jesús. Por otro lado, el calificativo 'provocador' lo tomo de alguien que le conocía muy bien, el arzobispo de Madrid, José Cobo. Si Francisco era provocador con sus ideas, y con su actitud también lo fue Jesús, tanto que los romanos se lo quitaron de en medio colgándole en una cruz.
No ha sido Francisco quien se ha hecho comunista o de izquierdas, sino que son los partidos de izquierda los que han tomado del cristianismo lo que tienen de bueno. Jesús nació 18 siglos antes que Carlos Marx.
La defensa de los refugiados y de los inmigrantes tiene que resultarle provocadora a Trump, a Vance, a Meloni a Viktor Orbán, a Abascal y a tantos otros muchos que se dicen cristianos.
Provocadora también su lucha contra la pena de muerte y contra la guerra. Ni Putin ni Netanyahu, a pesar de ser representantes de pueblos que son en su mayoría monoteístas, estarán muy de acuerdo con Francisco en esto. Provocador contra todos los defensores de la pena de muerte.
Provocador también para muchos católicos su acercamiento al islam. En 2019 Francisco visita a los Emiratos Árabes Unidos y junto con el Gran Imán de al-Azhar, Ahmed el-Tayeb firma el Documento sobre la Fraternidad Humana o Declaración de Abu Dabi, en el que defiende el diálogo interreligioso y se subraya el compromiso del Papa con la paz mundial y con la promoción de la paz y la unidad entre diferentes culturas y religiones.
De este acercamiento al islam nace la Casa de la Familia Abrahámica, que es un complejo interreligioso de tres edificios separados, sito en Abu Dabi e inspirado en el Documento sobre la Fraternidad Humana, que está compuesto por la Iglesia de Francisco de Asís, la Mezquita Imam Al-Tayeb y la Sinagoga Moisés Ben Maimón (Maimónides en español, judío sefardí nacido en Córdoba el 30 de marzo de 1135).
Provocador incluso para muchos jerarcas de la iglesia católica y para muchos católicos al reconocer y "condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables".
Francisco ha sido el Papa de todos, todos, todos.
Con las palabras de San Francisco de Asís 'Fratelli tutti' (hermanos todos), Francisco empieza su encíclica, publicada el 3 de octubre de 2020, en la que invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio, a una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde se haya nacido o donde se habite.
Francisco ve en la integración europea un sueño de hermandad que puede romperse en pedazos: "Durante décadas parecía que el mundo había aprendido de tantas guerras y fracasos y se dirigía lentamente hacia diversas formas de integración. Por ejemplo, avanzó el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer raíces comunes y de alegrarse con la diversidad que la habita. Recordemos la firme convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, los cuales deseaban un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos los pueblos del continente. También tomó fuerza el anhelo de una integración latinoamericana y comenzaron a darse algunos pasos. En otros países y regiones hubo intentos de pacificación y acercamientos que lograron frutos y otros que parecían promisorios.
Pero la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos".
Francisco termina esta encíclica recordando a Carlos de Foucauld, quien pasó los últimos años de su vida entre los tuaregs en el desierto argelino del Sáhara, combatiendo lo que él llamaba la 'monstruosidad de la esclavitud' y queriendo ser el hermano de todos, el hermano universal, y que sólo llegó a serlo identificándose con los últimos.
Francisco murió sin poder ver el final de la guerra ni en Ucrania ni en Palestina. Espero que su legado haga reflexionar a los responsables para llegar pronto a la paz.