Europa puede quedarse en un mero proyecto de paz
Que 'Europa es un proyecto de paz' es una a de las frases y de las ideas más repetidas por los políticos de los últimos tiempos. También la ha hecho suya Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea,
Todos los organismos e instituciones nacidos en Europa a raíz de la segunda guerra mundial tenían y tienen esa finalidad, la paz. Y como principales protagonistas y defensores de esta idea hay que citar a la Unión Europea y al Consejo de Europa
Pero antes de hablar de estas dos instituciones, conviene recordar que estamos solamente ante un proyecto, un proyecto interno de paz entre los ciudadanos de los Estados miembros de la UE y un proyecto de paz externo en las relaciones con los demás países del mundo. Un proyecto que está muy en el aire, un proyecto que podría ser ilusionante pero que se lo están cargando todos los políticos nacionales de los Estados miembros, un proyecto que solamente puede hacerse realidad, si previamente Europa logra su unidad política
"Europa sigue siendo un proyecto de paz. No tenemos ni hermanos ni oligarcas que dicten las normas", (Ursula von der Leyen). Ante las guerras de Putin y de Trump, Europa debe responder, sin olvidar su autodefensa, con acuerdos de colaboración con todas las democracias del mundo. Ante los miles de personas que diariamente llaman a las puertas de Europa, la UE no puede responder con encarcelamientos y deportaciones masivas sino con acuerdos y soluciones con los países de origen.
Europa y su largo camino por recorrer
Son tantos y tan graves los retos ante los que se enfrenta Europa que únicamente una UE políticamente unida podría resolverlos. El principal reto al que se enfrenta Europa no se llaman Putin o Trump, sino su propia desunión. Europa, como proyecto de paz, puede quedar en mero proyecto, si la UE no llega a su etapa final de la unión política y si los derechos humanos que defiende el Consejo de Europa no encuentran su pleno desarrollo en la política interna de los Estados miembros.
Que estamos muy lejos de la Unión política es algo evidente incluso para el más ciego, pero de lo que nos olvidamos es de que los derechos humanos no siempre son respetados como deberían en los Estados miembros de UE. Queremos la Unión Política de una Europa en la que los ciudadanos puedan tener una vida digna y en la que tanto los derechos humanos como los derechos constitucionales sean algo más que pura teoría. Por eso, refiriéndonos a España, conviene recordar al respecto las constantes llamadas de atención del Consejo de Europa: sobre el nombramiento del Fiscal General del Estado y la puesta en marcha de un nuevo sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, como garantía de la separación de poderes, y sobre el incumplimiento de las recomendaciones de esta misma institución para evitar la corrupción entre sus altos cargos.
He mencionado a la UE y al Consejo de Europa, porque son dos instituciones nacidas del mismo deseo de una integración europea plasmado en el Congreso de Europa celebrado en la Haya en la Sala de los Caballeros en 1948. Son dos instituciones que se complementan en este deseo, pero que siguen dos caminos muy diferentes. El Consejo de Europa, cuyo principal promotor fue Wilson Churchill, aspira a una confederación de los Estados, es decir a una Unión en la que éstos no cedan nada de su soberanía, y que, por tanto, en ese aspecto ha llegado ya a su término, aunque no en su misión principal de la defensa de los derechos humanos. La UE, cuyo principal promotor fue Robert Schuman, por el contrario, aspira a una integración total, en la que los Estados miembros cedan la soberanía a las instituciones de la UE. Ambas instituciones adolecen, sin embargo, de algo fundamental que impide la integración política total: que la soberanía reside en los ciudadanos, no en los gobiernos.
Si el gran reto de la UE es ella misma, esto se debe a la contradicción entre lo que están pidiendo los ciudadanos y lo que están buscando los políticos. Si no se supera esta contradicción y los ciudadanos no juegan el papel principal que les corresponde, el proyecto de paz que constituye la UE no pasará de mero proyecto, con el consiguiente peligro que supone una sociedad frustrada.